10 de abril de 2013

Compositores ilustres (II): San Gregorio I


Como anunciamos hace unas semanas vamos a realizar una serie de entradas sobre los compositores más ilustres de la historia de la música. Empezamos por un santo, San Gregorio. San Gregorio I (540 – 604) o San Gregorio Magno fue el sexagésimo cuarto papa de la Iglesia católica y uno de los cuatro Padres de la Iglesia que dio inicio al canto gregoriano.

Durante los tres primeros siglos del cristianismo, los cristianos eran considerados miembros de una secta prohibida, y por tanto eran perseguidos. Esta situación les obligaba a celebrar su liturgia en zonas escondidas y secretas para que no fueran descubiertos. La música de cantos e himnos estuvo ligada desde un primer momento a estas celebraciones clandestinas. El ejemplo más antiguo es el Himno de Oxirrincos (s. III), escrito en griego y descubierto a principios de siglo XX. Otra importante colección de himnos fueron las Odas de Salomón fechadas entre los siglos II y IV, también en griego.

Tras el Edicto de Milán (313) a partir del cual se reconocía la libertad de acción para la comunidad cristiana, surgió una proliferación de escritura musical de himnos y cantos religiosos. Un siglo más tarde el imperio romano instituiría como religión oficial el cristianismo.Toda esta música presentaba una gran influencia griega y judía tanto a nivel formal (sistema modal, relación música – texto…) como a nivel moral (para los griegos la música era un arte que servía para perfeccionar al hombre).

Ya en el siglo VI, surge la figura de nuestro compositor ilustre de este mes, el papa San Gregorio I (540 – 604) que unifica las distintas liturgias que habían ido adoptando rasgos diferentes según su situación geográfica, en una única para todo el mundo cristiano. Esta unificación, también supuso la recopilación de los cantos existentes que debían de emplearse en las celebraciones. Su recopilación quedó explícita en el Antifonario de los cantos gregorianos. 

Esta obra fue el punto de partida del canto gregoriano, si bien, su origen se remonta a los primeros siglos del cristianismo, tal y como se ha explicado. Su desarrollo se mantendría durante toda la Alta Edad Media y coexistiría con la primera polifonía.


Hasta aquí nuestro compositor ilustre de este mes de abril. En menos de 30 días podremos disfrutar de una nueva entrada de compositores ilustres. ¡Esperamos que os haya gustado!

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