1 de junio de 2016

Compositores ilustres (XXVI): Felix Mendelssohn

Retomamos la sección de Compositores Ilustres para hablaros hoy de Felix Mendelssohn. Vio la luz un tres de febrero de 1809 en la ciudad alemana de Hamburgo, sus inicios musicales estuvieron auspiciados por un entorno propicio. Nieto de un filósofo e hijo de un banquero, Felix nació en una familia rica judía (posteriormente luterana) con un gran interés por la cultura, especialmente por la música. A pesar de las grandes habilidades mostradas por Felix cuando todavía era un infante, su padre rehusó de utilizarlo como un niño prodigio tal y como había sucedido con otros grandes compositores de la historia como fue el caso de Mozart. Más tarde, sin embargo, declinaría y Felix comenzaría a estudiar música.

Con seis años su madre comienza a enseñarle a tocar el piano y le muestra las primeras nociones musicales. Posteriormente serían otros profesores los que continuarían su formación musical, especialmente Friedrich Zelter quien le instruiría en la música de Bach, música que en ese momento se encontraba denostada y apartada de los círculos musicales del momento. Este hecho tendría gran importancia en la carrera de Mendelssohn como veremos más adelante.

Vista de Lucerna, Mendelssohn, 1847
Felix comenzó a componer y a ofrecer conciertos cuando sólo contaba con nueve años acompañando a pequeños grupos musicales primero y a una orquesta privada después. Para los catorce años ya disponía de una orquesta particular para interpretar las sonatas, sinfonías, óperas, cuartetos y demás composiciones que él mismo escribía.

Dado que Mendelssohn había demostrado una gran habilidad para la música (especialmente en el violín, piano, órgano y dirección), su padre accedió a que estudiara una carrera musical. Pero aparte de la música, su educación incluyó otros ámbitos. Felix hablaba alemán, inglés, italiano y latín; era un excelente pintor y manifestaba gran interés por la literatura clásica y la poesía. 

Mendelssohn mantuvo contacto con grandes personajes de su época, particularmente con el músico Weber y con el poeta alemán Goethe quien se quedó impresionado tras conocerle. De él diría: “lo que este pequeño hombre puede hacer improvisando y tocando a primera vista está cercano al milagro y no podía creer que esto fuera posible a tan corta edad”. 

Mendelssohn siempre manifestó un gran interés por la música de Bach, tal y como apuntábamos anteriormente. Dicha inquietud le llevó a recuperar toda su música, interpretando en público, por ejemplo, La pasión de San Mateo cuando él sólo contaba con veinte años (fue la segunda interpretación de la historia de esta conocida obra de Bach). Su trabajo por rescatar la música de Bach que entonces se consideraba obsoleta y casi de mal gusto, fraguó y resultó positiva para los siglos venideros. Hoy es inconcebible la Historia de la Música sin J. S. Bach. Y esto en parte se lo debemos a Mendelssohn.

Realizó numerosos viajes por Europa, especialmente a Inglaterra a donde iría hasta en diez ocasiones. También viajó a Escocia, Francia, Italia y por toda Alemania en donde dirigió diferentes orquestas y ostentó distintos puestos de importancia. Todos estos viajes le valieron para ganar bastante dinero así como para dar a conocer su música en otros lugares, acrecentando su fama y reputación.

Actualmente se conocen unas 321 obras compuestas en tan sólo 27 años, entre ellas sinfonías, conciertos, música para piano, diferentes piezas instrumentales y canciones, óperas y corales. Destacan su Sinfonía Escocesa Op. 56, el concierto de Violín, Op. 64 y Sueño de una noche de verano, Op. 21. Sus partes más populares son la Marcha Nupcial y la obertura que fue escrita cuando Mendelssohn sólo contaba con 17 años. Os dejamos a continuación dicha obertura para que la disfrutéis.



En 1835 fallece su padre, hecho que le apena fuertemente. Dos años más tarde Mendelssohn se casa con Cécile Jeanrenaud, hija de un clérigo protestante francés con quien criaría cinco hijos. En 1843 funda el Conservatorio de Leipzig, importante escuela musical de su época. Su salud empeoró durante los últimos años de su vida agravado por el alto ritmo de trabajo que mantenía: sufría fuertes dolores de cabeza, problemas nerviosos, cansancio…

En 1847 fallece su hermana Fanny Mendelssohn. Fanny había sido una gran músico, tanto que sus padres estuvieron a punto de enviarla para que estudiara una carrera musical en lugar de su hermano Felix. Sin embargo, en la época no estaba bien visto que una mujer fuera músico por lo que sus padres rehusaron de esta idea. Ella continuaría componiendo pero no a nivel profesional. Su hermano Felix publicaría y firmaría varias obras compuestas por ella bajo su consentimiento.

Su muerte repentina produjo en Felix un gran dolor y un agravamiento de su salud hasta el punto de causarle un derrame cerebral. A pesar de que se repuso parcialmente su estado fue decayendo hasta su muerte el 4 de noviembre de 1847 cuando sólo tenía 38 de edad.

A pesar de que la música de Mendelssohn no proyectó una gran influencia en músicos posteriores (le consideraban demasiado convencional), sus obras fueron realmente populares durante su vida tanto dentro como fuera de Alemania.


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